Miro arriba, la busco.
A esa que permanece,
que vive conmigo
y sabe lo que sentí.
Pero no hay nada,
sólo un inmenso negro.
A esa que permanece,
que vive conmigo
y sabe lo que sentí.
Pero no hay nada,
sólo un inmenso negro.
Miro a mi alrededor.
De nuevo la maldita isla.
Otra vez el frío, el ahogado respirar.
Pero, algo extraño....
ya no soy el que acecha.
Veo sus restos,
estragos del tiempo.
El metal desaparece,
ni él pudo con el hielo.
De nuevo la maldita isla.
Otra vez el frío, el ahogado respirar.
Pero, algo extraño....
ya no soy el que acecha.
Veo sus restos,
estragos del tiempo.
El metal desaparece,
ni él pudo con el hielo.
De pronto, ahí delante,
al fin, está ella.
Manchada de arena,
ni a ella perdonan
los estragos del tiempo.
Pero tan perfecta,
tan centrada...
y al fin conmigo.
El tiempo cayó.
al fin, está ella.
Manchada de arena,
ni a ella perdonan
los estragos del tiempo.
Pero tan perfecta,
tan centrada...
y al fin conmigo.
El tiempo cayó.
Jose Luis Muñoz
Escrito en mayo de 2011. Aunque no lo parezca, este poema representa un total cambio de actitud. Vuelve a aparecer el elemento del frío y el hielo, de la soledad, del cazador.... pero esta vez con un final inesperado incluso para el propio autor.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSimplemente precioso, ojala que mi novio me escribiera algo asi :P (luego dices que ka gente no comenta)
ResponderEliminarPues Lara, si quieres yo hablo con tu novio y le digo que intente escribirte algo jajaja.
ResponderEliminarte lo agradeceria...a ver si le inspiras un poco
ResponderEliminarJaja vale yo lo intento.
ResponderEliminar